Una infección social que lleva décadas sin cura
Una de las plagas que asolan la ciudad de Buenos Aires (además de los mosquitos, claro) son los mangueros, es decir aquellas personas que cuando realizan un trabajo en el espacio público, y por el cual ya están cobrando un salario, tienen el tupé de encarar a los vecinos afectados para pedirles dinero por la labor realizada. El vecino de barrio ya lo sabe, su madre y padre lo saben, sus abuelos lo saben o lo supieron, sus amigos y conocidos también: esta gente constituye una infección social que lleva décadas sin cura.