Panorama desde el puente: el Riachuelo y su saneamiento
Por el Lic. Antolín Magallanes, Director Ejecutivo, Fundación x La Boca
Panorama desde el puente es una gran obra de teatro del gran escritor, Arthur Miller, una reflexión acerca de la condición humana y sus inclasificables conductas que tiene como trasfondo al fabuloso puente de Brooklyn y la Ciudad de Nueva York.
El barrio de La Boca, tiene dos puentes, lo que no quiere decir que tenga dos panoramas. Uno es el viejo puente Nicolás Avellaneda, para viejos vecinos conocido como puente Alte. Brown y el nuevo puente Nicolás Avellaneda, recientemente reparado por el Gobierno Nacional, tras muchos años de postergación y olvido.
Con respecto al puente viejo, se acaba de firmar, por gestión de Fundación X La Boca, un convenio entre el Consejo Argentino de Ingenieros y el Gobierno Nacional, para iniciar su recuperación, lo que nos llena de esperanzas.
En estas épocas donde tanto se habla sobre el Riachuelo, es preciso poder ver cuál es el panorama actual, ver si sigue todo igual, o si hay cosas que vienen ocurriendo a favor de este curso de agua.
Si bien el río sigue contaminado, notamos ciertos cambios, que creemos que ayudan a su recuperación y saneamiento.
Todos los puentes del Riachuelo han sido recuperados, a excepción del viejo transbordador mencionado, y este no es un dato menor, ya que implica cierto grado creciente de interés por la zona a recuperar. Todos esos mecanismos por lo general traídos de Inglaterra para facilitar el avance de nuestra revolución industrial, han sufrido un largo y prolongado olvido, producto de la decadencia en la que entró la zona al derrumbarse la industria, al cerrarse el puerto de La Boca, al no pensarse más como lugar central, sino como el desván de la gran ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Lo cierto que todos los movimientos que tienden a poner el ojo en la recuperación de la zona, hacen que se generen determinadas sinergias, que a veces no obedecen a planes establecidos, sino más bien a iniciativas de agentes de índole privado o estatal que intentan revertir la situación. Así, muchas veces las cosas funcionan, no como un producto sistematizado y pensado, sino como una pulsión de individuos que se leen dentro de un paisaje común y tratan de avanzar hacia un objetivo. Lo que sin dudas hace, aunque en forma errática, que las cosas cambien y empiecen a encontrar el rumbo de un sistema que las comprenda.
La traza de la autopista 27 de febrero, entre Puente Alsina y Puente La Noria, no ha sido un tema menor. Esta arteria ha permitido disminuir una importante cantidad de basura que se volcaba en las orillas del Riachuelo, por lo general materiales de demolición y otros tipos de sólidos que tenían por depósito final las turbias aguas del mencionado río.
Con el mismo criterio podría hablarse del camino de la Ribera, que se viene construyendo sobre la orilla del Riachuelo, jurisdicción del municipio de Avellaneda. Seguramente será otra importante barrera, para evitar el vuelco clandestino de residuos.
Quienes tenemos la suerte de navegar todos los meses el Riachuelo, desde hace ya unos años, también podemos decir que vemos cambios que hablan de mejoras, que antes eran absolutamente inexistentes.
Una de ellas obedece a la recolección de sobre flotantes, que se hace sobre la superficie del río, esto es la recolección permanente de aquellos residuos, que al menos en la cuenca baja del Riachuelo, se encuentran presentes.
Por eso sigue vigente la manga que obtura el paso de la basura a la altura de Barracas, también por esa zona y sobre todo en Vuelta de Rocha en La Boca, siempre se encuentran unas peculiares embarcaciones, con formas de insectos verdes, que limpian permanentemente la superficie, impulsados por las aspas de una rueda, además del desmalezamiento y limpieza de los bordes costeros.
Ante todo creemos que gran parte de los avances que menciona este artículo, se deben a la ardua tarea de Auditoria y Seguimiento que realizan las ong´s que participan del proceso de la Corte, en la llamada “Causa Mendoza”.
Gracias a este proceso se ha logrado financiamiento del Banco Mundial y se están por aplicar más de 3300 millones de dólares a la construcción de una amplia red cloacal y plantas de tratamiento, una obra fundamental para atenuar la contaminación.
Durante el año pasado, se ha avanzado mucho en lo que hace a la remoción de barcos y navíos hundidos o abandonados en el Riachuelo, más de diez buques inactivos han sido sacados del agua y desguazados, aún faltan algunos, pero el ritmo de la actividad es alentador.
Por otro lado acabamos de tener conocimiento de un auspicioso convenio para la recuperación ambiental del “Sistema Costa-Matanza-Riachuelo” entre la UBA y AYSA, el cual permitirá tener a la universidad como principal consultor.
También vemos el interés del Gobierno de la Ciudad, que el año pasado implementó junto con nuestra Fundación y la Sociedad Central de Arquitectos, un concurso Nacional de ideas, para la recuperación de todo el borde costero, para determinar un plan maestro que incluye la creación de otros puentes, que unan la ciudad con la provincia.
Está claro que falta muchísimo, está claro que fue muy acertado lo hecho por un puñado de ONG ante la justicia y está clara también la exigencia de la justicia para con las autoridades, para acelerar la recuperación del río.
Por eso este articulo no busca decir que está todo bien, pues eso no es así, aún hay mucho por hacer especialmente en lo que respecta a un exhaustivo relevamiento y trabajo de reconversión de las industrias que se ubican en la cuenca; pero si busca señalar posibilidades de recuperación que han ido ayudando a cambiar una situación que parecía quieta para siempre.
Pero también debemos destacar en el mismo panorama, el más triste y menos optimista, el del drama de la pobreza a la vera de este río, todo allí parece degradarse, de una forma triste y silente, a espaldas de la gran ciudad y la provincia.
Aquí se expresa la síntesis del subdesarrollo para mostrar el rostro más vil del abandono. Por eso es necesario un gran plan que articule a todos los actores que se han mencionado, por eso se necesita la voluntad y la voluntad política para realizar una gran gesta, algo que nos ponga orgullosos, algo que interprete a todo ese mundo orillero y lo congracie con la vida y la prosperidad.
A nuestra fundación acuden cada vez más instituciones interesadas en navegar el Riachuelo, que lo quieren conocer, que lo quieren ver limpio, que lo quieren. Cada año nuestra remada por la recuperación de Riachuelo suma más gente y se recuperan clubes de remo que quieren devolver ese deporte a su cuna de origen en la Argentina, que no es otra que nuestro Riachuelo.
También destaco el interés que despertó en la comunidad educativa de ambas márgenes de la ribera, el proyecto “Los Amigos del Puente”, que posibilitó que más de doscientos alumnos tomaran contacto con la problemática del Riachuelo de manera integral.
Por eso hoy no es menor el trabajo de recuperación de los puentes que atraviesan el Riachuelo llevado adelante tanto por La Nación como por el Gobierno de la Ciudad, que lejos de ser una obra pública más, demuestra el interés de los funcionarios para que la zona se recupere, poniendo en valor su infraestructura y eso es parte de un comienzo.
Falta mucho, muchísimo, pero debemos tratar de ir juntando las partes para reconstruir a la comunidad que vive en la cuenca del Riachuelo, única forma de recuperar nuestro río.
Este, tal vez sea, hoy nuestro “Panorama Desde El Puente” y como en aquella obra de teatro otra vez un puente vuelve a servir de excusa para hablar de lo que pasa allí abajo a la orilla del Riachuelo, donde viven los hombres y mujeres.