Buenos Aires, 29 de Diciembre de 2004
Que tengas un muy buen año, donde puedas terminar una etapa y empezar otra, haciendo un cambio de mochila como quien dice.
Es que cada tanto hay que revisar la mochila que llevamos puesta, llena de objetos pesados y gastada, y cambiarla por una más fresca y vacía, con lugar donde poner la nueva madera, más blanda, más fácil de tallar y pulir que los viejos restos fósiles que cargábamos hasta ahora.
El peso extra nos hace lentos, nos hace creer erróneamente que hay lugares que no podremos alcanzar. Pero, si vamos más livianos, podremos animarnos a llegar más lejos, ya que no tendremos que preocuparnos de arrastrar tanto lastre.
El futuro es como la senda de un bosque del cual debemos obtener nuestra madera. Podemos adentrarnos por una vereda del bosque, divagar, cantar y disfrutar del paisaje, pero inexorablemente tendremos que encontrar nuestro pedazo de tronco, ése al que daremos forma... o el tronco nos encontrará a nosotros.
Es que el futuro está allí para ser tallado. Mientras marchamos aprendemos a distinguir y elegir la madera con la que trabajaremos. De nuestra vieja mochila, retengamos entonces lo que nos sirva para modelar algo nuevo y mejor.
Y cuando lo que transportamos ya no nos haga falta, dejémoslo allí, en el camino, como una señal, para que sirva de faro a otros que transiten la misma senda... o a nosotros mismos cuando nos encontremos perdidos.
En fin... como te decía, aquí termino de tallar este imperfecto trocito de madera que ahora dejo en tu camino.
Hernando
www.villalugano.com.ar |